Tipos de pacientes

El vocablo paciente proviene del latín patiens, participio del verbo patior que significa sufrir, por eso se dice que el paciente es aquel individuo que sufre la acción de un agente, que puede ser una enfermedad o un accidente, es decir, un dolor físico o psíquico, lo que conlleva a necesitar asistencia médica. En términos sociológicos y administrativos, es el que recibe los servicios de un experto en la salud para someterse a un análisis, un tratamiento o una operación.

Este concepto parece que sugiere que el paciente queda en manos del profesional de forma pasiva, debiendo solo acatar, pero realmente debe estar activo para ayudar en su recuperación y así mejorar su estado de salud lo antes posible.

A continuación exponemos algunos tipos de pacientes.

El paciente es una persona enferma que es atendida por un profesional de la salud

Paciente agradable

El paciente agradable es muy fácil de cuidar, ya que hace todo lo posible para estar en armonía con su médico. El problema viene cuando el médico, al ver la simpatía del paciente, puede tentarse a ser más tranquilo y optimista y, en ocasiones, el realismo puede dictar todo lo contrario.

Paciente enfadado

El paciente enfadado es aquel que no reacciona nada bien cuando el doctor le comunica un mal diagnóstico, por eso saca su carácter y muestra enfado, rabia e ira. Esto puede ser el causante de un mecanismo de defensa al tener también otras emociones que no desea destapar, por ejemplo, el temor o el desasosiego.

Paciente manipulador

El paciente manipulador sabe perfectamente cómo lograr lo que desea, más específicamente, busca conseguir un tratamiento por elección, sin tener en cuenta si es el más conveniente o no. Es fundamental que el profesional sepa que está intentado ser manipulado para así evitar ceder cuando no se amerita.

Paciente valiente

El paciente valiente tiene el carácter suficiente para afrontar con total madurez y sensatez el diagnóstico que le comenta el médico por muy negativo que sea. Esto hace que la recuperación sea mucho más positiva, ya que tiene mucha valentía y eso es muy importante.

Paciente exigente

El paciente exigente es el que requiere de mucha atención, por eso puede llegar a agobiar en algunas ocasiones. Utiliza con asiduidad la agresividad, la culpabilización, la intimidad o la devaluación profesional, lo que provoca que el médico deba fijar unos límites.

Paciente directo

El paciente directo es aquel al que le gusta tener todo controlado, entonces no tiene ningún reparo en decir lo que piensa y en mostrar su desacuerdo al médico si no le parece bien lo que está haciendo o explicando.

Paciente que no cumple

Este tipo de paciente puede llegar a ser muy frustrante porque llega un momento en el que no desea continuar con el tratamiento que le ha prescrito el médico.

El paciente que no cumple no duda en volver a la consulta para quejarse del dolor y de los síntomas que le hicieron ir por primera vez.

Paciente ansioso

El paciente ansioso necesita que el ambiente sea muy tranquilidad, aunque se debe tener en cuenta que hay casos más extremos como el del hipocondríaco, quien acude a urgencias a la mínima dolencia.

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